Influencers, yoguis perfectos, posturas que parecen inalcanzables y fotos, muchas fotos.
Eso es sólo la superficie, podemos quedarnos en la crítica de la apariencia, en decir que «eso no es yoga», pero ¿y si eso ayuda a que muchos otros también conozcan esta maravillosa práctica?
En la actualidad muchas cosas pasan por y en las redes sociales y aunque sí, hay mucho postureo, detrás está la herramienta que puede hacer llegar esta filosofía al mundo entero.
Conectar personas que antes no se hubieran conocido, leer palabras inspiradoras, enseñar y aprender sobre lo positivo para nosotros y para nuestro entorno, en definitiva: compartir lo constructivo.
Las redes, internet y todos los medios de comunicación que hoy tenemos a nuestro alcance permiten que millones de personas hablen entre sí. Existen miles de profesores que alrededor del mundo se ocupan de esta tarea: comunicar al mundo la filosofía yogui.
Eventos como la BYC son posibles (en parte) gracias a esta conexión digital que existe entre todos. Con asistentes y profesores de todas partes del mundo que se nutren entre sí, que eliminan barreras. Entonces si, las redes también eliminan barreras.
La diferencia estará en el contenido, en el mensaje, en lo que quieras transmitir. Sin juzgar, sin agredir, sin rotular…AHIMSA: no violencia en todas sus formas.
El propósito del yoga es que conozcamos nuestra verdad y conectemos con lo que hay debajo de todo lo superfluo. Soltar «maya», esta realidad ilusoria, para dejar de vivir en «avidya», la ignorancia de que en realidad todos somos dios, de que en realidad todos somos uno.
Entonces…¿Si usáramos las RRSS para hacer crecer el amor y la comprensión? Podemos esparcir a través de estas herramientas un poco más de paz para el mundo pero, ¿es esto un pensamiento naíf?
Porque siempre me gusta pensar: ¿qué pasaría en el mundo si todos, TODOS, practicáramos yoga? Toda su filosofía, aplicada y sentida…creo que el mundo sería un lugar mejor.
AGUS BURTON YOGA 